sábado, 29 de septiembre de 2007

Para la posteridad

Tras el descanso del verano, vuelvo a este blog para contaros las cosas curiosas que descubro por ahí.

Esta vez quiero enseñaros un proyecto increíble por su magnitud, y sorprendentemente casi desconocido o, por lo menos, yo casi no oigo hablar de él: The Wayback Machine.


Fue fundado por Brewster Kahle en 1996, y el propósito del proyecto es guardar instantáneas de todo Internet en instantes de tiempo determinados. Lleva pues, más de diez años guardando páginas de la web, tal como podían consultarse a lo largo de todo ese tiempo. Ahora mismo contiene unos 2 petabytes de datos.

Podemos ver, por ejemplo, las páginas de Apple o de Microsoft de hace 10 años, y sentirnos en el pasado por unos momentos. Esta es, por ejemplo, la primera página conservada de la edición on-line del periódico El País: 18 de Septiembre de 2004.

Y esta es la primera página de Google almacenada en el archivo, era el 11 de Noviembre de 1998 y la página todavía estaba almacenada en la web de la Universidad de Stanford.

Y lo mejor es que los enlaces funcionan, es como un viaje al pasado donde puedes viajar de página a página, viendo lo que hubieras visto entonces.

Las páginas se sirven con cierto retraso. Ahora mismo puede consultarse la web desde 1996 hasta Julio de 2007.

Lo descubrí por casualidad, hace varios años, y lo he utilizado ocasionalmente para recuperar material que se hubiera quitado ya de la web.

Otro interesante uso es el de saltarse algunos filtros que ciertas empresas ponen para el acceso de sus empleados a algunas páginas de Internet. Basta con volver al pasado y consultar esa página hace unos meses en The Wayback Machine: al comenzar por web.archive.org, el filtro no las suele bloquear.

Hoy he descubierto que mis blogs ya han pasado a la posteridad. Desde el pasado Junio, se pueden consultar en el archivo. Así que, pase lo que pase con mi página, siempre podrán ser consultadas mis tonterías en el archivo histórico de Internet:

Ideas de Ingeniero

Sabíais que...

Buscad vuestras propias páginas. Y cuidado, puede ser que lo que escribáis en una página de Internet quede grabado para siempre y ya no pueda borrarse.
(Bueno, no es tan malo, en cualquier momento podéis pedir que os borren del archivo, su política es acceder siempre a dichas peticiones).